lunes, 30 de noviembre de 2009

La Extraña Discreción de la Genialidad


Sylvie Testud. Nada.
A ver: SYLVIE TESTUD. Nada.
No la conocemos “ni en pelea de perros”. Bueno, es hora de saber quien es esta chica. Sylvie Testud (a la derecha en la foto) es una de las mejores actrices que hay del otro lado del charco, y desde hace rato, no de ahora.


Sylvie no tiene padre famoso ni madre artista , ni abuelo que haya hecho nada grandilocuente en el cine o en el arte contemporáneo, pero ella solita se ha hecho un camino a partir de actuaciones discretas pero de una profundidad increíble como en “LAS HERIDAS ASESINAS” (del director Jean Pierre Denis), la historia real de las hermanas Papin, en la que dos hermanas, que viven una relación incestuosa, asesinan a sus patronas cansadas del maltrato de estas últimas, película por la Sylvie Testud ganó el premio César a mejor actriz. Esta película es imperdible pero hay que tener ganas de verla y el alma preparada, porque es brutal solo teniendo en cuenta la profundidad del drama, y más encima sabiendo que fue una historia real.


Son veintidós las películas que hizo ya a sus treinta y seis años, pero se lució especialmente en “Estupor y temblores”, del director Alain Corneau, adaptación de un libro de la genial escritora Amelie Nothomb (también autora de “Biografía del hambre”).


La última vez que vimos a Sylvie Testud fue en la piel de Momone, acompañando Marion Cotillard mientras hacía a Edith Piaf. Allí Sylvie demuestra ese riguroso talento que le da vida al personaje amoroso, amistoso, envidioso y celoso de la amiga de Edith Piaf. Simplemente brillante, igual que Marion. La una sin la otra, no hacían ese tan buen producto final que fue “LA VIDA EN ROSA” del director Olivier Dahan.


Sylvie sabe elegir sus proyectos, no trabaja con cualquiera y no la buscan para cualquier papel, solo para los que requieren la máxima densidad psicológica de personajes complejos, los que esta maravillosa actriz está acostumbrada a llevar adelante.


Con su carita de triste, flacucha hasta la lástima, Sylvie conjuga talento, un gran carrera y una discreción difícil en gente tan genial. Sin escándalos, sin romances ni fotos en revistas, Sylvie hace su trabajo de actriz, de artista, y lo hace bien.

Demasiado bien.

martes, 24 de noviembre de 2009

Él, el Tiempo y sus Bifurcaciones


Leer Borges es muchas veces leer ciencia.
De hecho muchos textos de ciencia aluden a “Funes el memorioso” o a “El jardín de los senderos que se bifurcan”, acercando esta última obra respuestas ingeniosas a preguntas relacionadas con la mecánica cuántica. En esta supuesta novela policial (denominada así por el mismo Borges) uno de los personajes dice que creará un laberinto y escribirá una novela. Finalmente el laberinto no aparece y la novela está incompleta...hasta que alguien se da cuenta de que la novela ES el laberinto y que el laberinto no es espacial sino temporal.

El planteo del tiempo de Borges fue muchas veces pretendido, tomado y experimentado por muchos directores que intentaron imitarlo, ilustrarlo y poseerlo de mil maneras, pero, a mi entender, quien más se acercó a una interpretación concreta y efectiva fue el director inglés Peter Greenaway en su trilogía “Las maletas de Tulse Luper”. Allí el incatalogable Greenaway no recrea sino que crea, utilizando a su manera, el tiempo borgiano, realizando una trilogía cinematográfica que se mueve en superficies de tiempo y espacio grandísimas en las que todo, absolutamente todo ES, ESTÁ, y está conectado por Tulse Luper. Brillante.

Como muchos escritores de su tiempo, Borges aprendió del cine el manejo de los planos y el uso de las distintas velocidades narrativas. Nutrió y se nutrió del cine que se iba inventando desde el punto del vista de la realización, el montaje, y la experimentación técnica. También fue un activo crítico de cine que respetó y destacó la naturaleza alucinatoria del cine en cuanto a la realidad.Borges perdió la vista llegando al año 55, dicen que igual seguía yendo al cine y que sus favoritas eran las películas de gángsters de Von Sternberg (“La ley del hampa”, “La Batida”).

En una entrevista que le hicieron en los años noventa le preguntaron cuales eran las películas que más le habían gustado o lo habían marcado, él haciendo gala de su brutal sentido del humor respondió: -"Y... me aterroricé con Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960). La vi tres o cuatro veces y sabía cuál era el momento justo en el que debía cerrar los ojos para no ver a la madre...".-