jueves, 26 de septiembre de 2024

BACTERIANA - CUENTO de "El cura y la sucia" (2013)

BACTERIANA 


––Sería interesante que Fedra documentara todo lo que expone. No suelen ser inspiradoras las mañanas en este lugar.

–– Onírica sonríe con paciencia inventada.

––Tengo la cara rasgada por los comentarios que la chica hace. No lo puedo creer. Fedra estira su piecito y es un mono sexy, ese es su pasatiempo. No me gusta Fedra. Es tan caprichosa como categórica, se parece demasiado a Onírica. Nadie debería parecerse a Onírica.

Ari se mueve hasta el patio y desentierra un hueso de calcio del perro donde guarda las pequeñas cápsulas de fentanilo.

––Es un buen día para un paseo.

––No nos parece.

––No hable por todos, señorita Procariotas.

Hasta las perras se respetan más. Matan o mueren, abandonan a sus cachorros o se pasean con su sexualidad espontánea y vergonzante pero auténtica. Estas dos se muerden todas las mañanas por costumbre.



––Fedra yo no soy tu amiga. Aquí soy tu terapeuta.

Adoro que Onírica hable así. Me recuerda la mujer maga que jugaba con un pañuelo rojo delante de un teatro lleno y finalmente quedaba desnuda frente a todas esas personas boquiabiertas.

––Detesto que me llamen Onírica.

Eros, el burlado. Burlado al ser gestado.

Sus padres lo han odiado desde antes. La brutal asimetría es proporcional con el desprecio genuino de sus padres al llamarlo “Eros”. Gozo diciéndoselo todas las mañanas.

“Eros, el burlado. Burlado al ser gestado”. Siempre es terapéutico sacudirle a algún idiota cercano.

Ari y Fedra guardan las cápsulas de fentanilo en una suerte de grial que vuelven a enterrar en otro lugar. El hueso de calcio es para el perro que tuvo el santo respeto de no desenterrar el objeto y tragarse las cápsulas de los chicos.

––¿Tanto te molesta que te llamemos Onírica?

Las ramas se van rompiendo en la caminata y no tengo ganas de escuchar a estas dos zorras chicotéandose por un liderazgo inútil. Fedra me confesó que aborrecía desde el primer día el abolengo de Onírica. 


Hasta su nombre real: Galatea Terpsícore. Exagera su estirpe, según Fedra. La chica odia absolutamente la posibilidad de tanto reunido en una sola persona. Aparte Onírica es una mujer, alguien que Fedra jamás podría sostener entre sus piernas sonriendo desesperada de placer y perversidad. Ari toca el pelo al viento de Fedra. Esas escenas románticas que suelen darme ganas de aferrar a Onírica en la trampa para zorros que guardo bajo mi cama.

Mañana será otro día y esta caminata con seis respiraciones jadeantes (siempre cuento a Gaspar) será un tema viejo. Ari, aprieta las cápsulas y Fedra se retuerce seducida. Eros respira la mirada de Onírica y yo meto mis manos en los bolsillos para no participar.

–– Las bacterias son muy importantes para la humanidad, intervienen en procesos que jamás imaginaríamos

––¿Y tienen una reina llamada Flora Bacteriana que saluda con una manito lenta y sensual cuando la miramos en el mi- croscopio, Onírica?

Fedra no puede consigo misma pero jamás prueba el río con los dos pies, sabe que enfurecería a Onírica hasta echarla de aquí. En un árbol con hongos estante escondí la botella con la mezcla que dejó Gaspar.

–– Ese maldito jamás volverá a tener sed – dijo Fedra mientras quitaban su cadáver del lago. Onírica debería haber matado a Fedra esa misma noche con una sobredosis, pero es tan cruel que la dejó vivir. De hecho cada vez está mejor. Intuyo que Onírica la preparara para echarla al mundo, a que sea deliciosamente devorada como se merece.

Es dulce y palpitante el trago que Gaspar escondió y con el que brindo todos los viernes para honrarlo. He pensado en es- cribirlo todo haciendo el intento de no revelar lo que ella me ocasiona. Aunque es posible que Onírica/Galatea fuese feliz si le describiera esto una noche entre velas, las adora casi tanto como a las bacterias, puedo olerlo la vez que entro en su cuarto. Velas apagadas, mínimas momias colorinches aplastadas en el mármol del baño, ídolos vencidos por el calor pero significativamente perennes hasta el final. Y más allá una pared negra. Atestada de bacterias en expansión. 


Ninguno de nosotros estará aquí algún día y Galatea (que será Galatea y no nuestra Onírica rehab) encenderá una vela cada noche por el destino de cada uno de nosotros. Y es posible que en esa pared viva cuelgue fotos nuestras que se trasladen según el organismo que la soporta.




–– Somos tan estúpidos que ni siquiera podemos dormir – azota Fedra.

Una rama se rompe. Insisto en contar a Gaspar, siento que está con nosotros. Francisco dice que la gente tragada por el lago regresa en sueños. Gaspar está aquí según esa teoría que Fedra rechaza a risotadas delante del hombre.

Si de burlas se trata creo que Fedra está en peores condiciones que el pobre Francisco, que Ari, que Eros y que yo mismo. Todo la condena, hasta el apellido. Fedra Procariotas. Carece de núcleo.

El señor Espiras ha venido a buscar a Ari. Uno menos; otro elemento incompleto echado al mundo. Onírica se desgarra cuando uno de nosotros se va. Y prende velas para que yo, a la mañana siguiente, entre a su cuarto a oler lo que quedó del ritual de abandono al que se entrega ante la partida. Hoy lo hará por Ari. No lo hizo por Gaspar de todos modos.

Hay que poner especial atención a los factores de crecimiento, dice Onirica.

Antes esta clase de Onírica me parecería somnífera, pero ahora me entusiasma su mundo bacteriano. También odio más a Fedra y su eterno pensamiento de superioridad. Onírica sabe de lo que habla, sabe para qué estamos aquí y creo que sus investigaciones algún día recibirán un premio

––Las más importantes son las fases de latencia, eso depende del estado fisiológico de los gérmenes estudiados. ¿Se imagi- nan todo esto cuando juegan con los hongos yogurt?

Fedra no se imagina nada. Ari y Eros intentan, Gaspar hubiese ido corriendo a leer un libro de biología si hubiese participado de estas caminatas terapéuticas, y yo solo quiero bañarme en cebo de velas una noche con Onírica.

––Todos los caracteres de las bacterias pueden ser objeto de mutaciones y ser modificados de varias maneras.

Sé de memoria las descripciones que siguen, y concluyo también que todos podemos ser modificados de varias maneras. Soy el más antiguo aquí, y es posible que sea quien cierre la casa de Onírica y empuje su silla de ruedas en aquel momento. Cuando  escucho la palabra extracromosómico sé que la exposición y la caminata van llegando a su fin.

Las cápsulas se revuelven en el bolsillo de Eros y sabe que hoy será él quien duerma con Fedra.

De noche podría irme en una invaginación astronómica como algunos  científicos,  que  enloquecerían  irremediablemente ante este cielo que nos hace sentir un mongol extrañamente enternecido. Prefiero pensar en los centros celulares, lo micro, el universo imposible que vive en el noventa por ciento de mundo bacteriano no conocido.

–– Son muy particulares las relaciones entre la bacteria y su huésped, algunas bacterias viven independientes de otros se- res vivos.

–– No es mi caso, soy patógeno...

Onírica sonríe y yo podría morir en este momento. Nunca he sido tan feliz. Es la mujer más hermosa que he visto. Baja al lago con su albornoz negro y Gaspar se mueve en el reflejo del agua.


Es un juego privado catalogar el estado de los otros tres. En el desayuno, sin Ari, me aburro bastante; me interesaba medir su pupila después de una noche de fentanilo con Eros y Fedra. Y Fedra comienza su mañana con una queja, con una burla, con algún comentario ácido que si el queso no fuera gruyere lo agujerearía con esa lengua odiosa. Onírica me alcanza el pan y el roce de su mano tibia me hace sentir en casa.

–– Fedra, tu madre llamó anoche, irán de vacaciones con tus hermanos y me pidió que te preguntara si querrías ir.

La bata de Onírica me roza y mi intento de evitar abrazarla por la cintura y llorar de agradecimiento me hace perder la cara de bastarda malherida de Fedra.

–– ¿Vacaciones? No puedo hacer nada de lo que la gente hace en vacaciones.

–– Fedra, ya hemos hablado mil veces que el tratamiento es ambulatorio, nadie está cautivo aquí. Si toman la medicación pueden ir donde les parezca.

No sé si Fedra podría sobrevivir fuera de este vínculo autótrofo. El veneno familiar ha sido inoculado en ella en pequeñas dosis que finalmente la dejaron sin dormir por un período en que se volvió irritable hasta ser imposible convivir con ella. Onírica está para revertirlo y su esfuerzo es altamente exponencial para lograrlo. Insisto en que deberían premiarla con una magna canasta de  velas  que le duraran más allá de su jubilación o retiro. Fuera de eso, el gruyere es exquisito sobre el pan casero de Francisco.


–– El mono viejo de mi madre con los chillones tití de mis hermanos no me servirán para divertirme por las mañanas, sin Eros y sin vos, mi vida es imposible .

La sonrisa irónica corona la despedida de Fedra antes de subirse  al pretencioso Chrysler 300. No les dio para Bentley pero igual la pasan bien los Procariotas. Fedra nos saluda con una mano y la otra toca sugestivamente el hombro del chofer.

Eros ha decidido que es suyo el grial enterrado en el jardín. Onírica lo sabe, lo intuye y hasta creo que lo ha provocado. Como un ser de humo soñado se deshace en la oscuridad justo a las diez y veinte sin el más mínimo brillo de estrellas. Una galaxia tóxica, hiperpolar, lo espera en los efectos del aislamiento que busca. La evasión termina siendo el mejor resultado de la rehab aquí.

Eros se ha dado de alta eficientemente. Es posible que el bosque le resulte eterno en esta huída suya. De todos modos no me importa, sin Fedra no tengo con quien competir y fustigarlo.




Me gusta el aroma de las velas que Onírica enciende en la cocina con la insólita excusa de que el generador de electricidad se quedó sin combustible.

Voy a bajar a cenar con ella; sé que hoy será el mejor día de mi vida.



martes, 20 de agosto de 2024

SER A LA VEZ EL PEZ Y LA PECERA - Cristián Basso


La ansiedad que me crea recibir un libro de Basso es tremenda. Es inmediata la especulación que me suscita pensar en tener espacio psíquico para postrarme con un chocolate caliente a leer su libro sabiendo que cada verso es más y más hipnótico, que lo que sigue será mejor y que, en el caso de SER A LA VEZ EL PEZ Y LA PECERA, son versos que resonarán como ecos evocando aquella sensación, o una nueva y madura conjetura poética que me exigirá seguir leyendo este preciado libro.

Hay un infinito de exquisita persuasión en el trabajo de Basso, una atmósfera de exigente voracidad que fascina y vence. Es tan sigiloso, tan definido, tan eficiente y determinado que se torna irresistible. Debo confesar que utilizo sus versos para la conquista. Le leo a quien con sensualidades quiero envolver. Tengo más de mujer y menos de santa y Basso con su guiño erótico me empuja a derramarlo a él en este juego que ostento.

Los atardeceres cubren de ferocidad la ciudad en la que vive. Pero si Basso te lo cuenta, te encanta como si pudiesen sus palabras ser el paréntesis para sobrevivir a tal presente despiadado.

Qué consejero experto, qué delicia el recorrido de SER A LA VEZ EL PEZ Y LA PECERA, un trabajo maduro, un remate de talento, que se consagra, te envuelve y te encadena.

Te encadena, como todo sonámbulo de fe, de belleza y de resto, Basso te encadena.

CASA DE SED

La locura en su casa de sed amanece bailando. Está loca; grita riendo y ríe bailando. Dice que arrancó de un recuerdo; que al fin sus largos dedos podrán tactar suavemente los restos que dejaron sus últimas palabras en la orilla de sí misma. Vocifera que quieren verla diferente.

-No me dejan ser- ríe.


https://cristianbassobenelli.blogspot.com/


https://www.cuartopropio.com/libro/ser-a-la-vez-el-pez-y-la-pecera/


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jueves, 1 de agosto de 2024



Segunda presentación de LOS NUEVE NUDOS DEL DIABLO en Esquel, dentro del marco de la Feria del Libro Esquel 2024. Un gusto y un placer seguir propagando la literatura a través de mis cuentos y de esta última obra que tantas satisfacciones me trae. Los espero el sábado 10 de agosto en el Centro Cultural Melipal Esquel. 
 

jueves, 18 de julio de 2024


Josema caminaba esos pasillos y más que caminar los navegaba. Por que esos zapatos, en un momento que nadie usaba ya zapatos sino como máximo unas zapatillas de sobria gamuza, eran realmente dos propuestas de estilo nunca vistas en esa institución educativa que tanto que desear dejaba.  

Josema amaba que unes y otres salieren de sus aules tras él al grito de “¡JOSEMA...!” con desesperados puntos suspensivos que hacían un proverbial eco con su nombre que en realidad era José María, pero josemeado sonaba mucho, muchísmo más español, potente y fuerte, como le gustaba decir cerrando el puño en sus clases, clases en que nadie aprendía absolutamente nada porque nadie podía llegar a comprender la naturaleza insondable de sus saberes ni de su comprometida trayectoria que le permitía presidir todo lo presidible dentro de la institución en la que más que nada lo tenían como el busto parlante que hablaba y hablaba en difícil de cosas fáciles o directamente, inexistentes. 

Josema más que desplazarse flotaba. Rubén solía tirar el cuento de que lo había escuchado cuarenta minutos sin parar, ni pestañear a Josema, y que efectivamente, no había entendido absolutamente nada de lo que Josema había dicho porque precisamente, ese era el juego: quien lo aguanta sin pestañear y sin reirse de los delirios de Josema en la institución. Rubén y el Raco se hacían trampas de porteros: Rubén le había puesto cera con kerosén puro (¡SÍ, PURO!) al cuadrado de baldosa en donde se pararía Raco a escuchar a Josema sin pestañear y sin reirse lo máximo posible, de manera tal que la cera con excesivo y puro (si, si ¡PURO!) recién colocada le hiciera caer un lagrimón a Raco con su olor penetrante y lo hiciera perder la docena de tortafrita. 

El pobre Josema ni enterado de que estos dos no estaban, ni estarían al tanto de tanto correcto funcionamiento en la vida y obra de un ser humano. Por supuesto que Josema se evocaba a sí mismo cuando pensaba acerca del  correcto funcionamiento en la vida. El tema es que para Rubén y Raco y su universo de escobillones, kerosén y aserrín para baldosas de escuela colocadas y funcionando correctamente en una escuela, Josema era un personaje sin importancia, y más bien un ser vivo incomprensible que se erigía como una simple ficha en un juego en el que iban y venían apuestas de los más variadas como costillares de capón y botellas de cerveza entre los dos porteros. 

Jamás lo hubiera imaginado pobre Josema, jamás. Sencillamente porque la tilinguería lo ahogaba en soberbia. El pobre transpiraba ansiedad en la empresa de querer corregir criterios, conceptos, preceptos y voluntades en todos los campos de la vida de todos a su alrededor. Cerraba los ojos miopes y hablaba marcadamente pausado cuando quería puntualizar sus verdades rancias y memorizadas como puntillas expertas, prácticamente blindadas a las conjeturas de la ignorancia ajena. Tenía poco más de treinta pero las ínfulas lo transformaban en un siútico anciano afrancesado cuyos airecitos de superioridad lo dejaban en un ridículo cruel que despertaba cómplices sonrisas en quienes, ignorándolo, desmontaban su pretendida grandeza impostada.

La glándula de su constancia execró tanta altanería que murió escaldado en su propia baba dogmática y nadie, nadie le rindió nunca los homenajes merecidos.

Imagínense que si la insuficiencia humana a su alrededor no logró jamás reconocer que las grasas trans son pésimas para la salud, mucho menos discriminaría un despojo humano cualquiera de la reliquia inmensamente invaluable en que se transformarían sus tendones conceptuales enmarcados en teóricas exactitudes.

sábado, 6 de julio de 2024

TE ATRIBUYO


 
(de Letal Intensidad, 2009)


Enseñarme la belleza
                     de la honradez de la piel humana.

Bailar con mis horas perdidas
                           sin marearme
                                                  ni agobiarte.

Marcar
             remarcar
                              remarcar
                              los metros que nos unen.

Ayudarme
        cauto
                  complaciente
                   a resignarme a intentar cruzar el
                   desierto de Atacama.

         (Para finalmente aventurarme
        a atravesar el vasto desierto de tu espalda)

domingo, 30 de junio de 2024

Encendida (de Letal Intensidad)


         

Encendida tu mirada.

Mi lago patagónico

se torna verdoso

            cuando espía la esencia que te entrego.

Ardiente mi lengua

              consume tu piel salada

              y baja 

             camino de tu sangre

                           hasta tu cuello 

                          que ahora se ensancha de deseo.


Tu sexo me acusa y me desgarra.

Me ata a tu cuerpo

                 la madrugada.


Por dentro y por fuera

encendida

                         te pido piedad.


Es nuestra historia 

               que a cada momento

                   se debate.


En la cercanía

         aunque no digas una sola palabra de amor

          yo muero por vos.


Encendida.

domingo, 23 de junio de 2024

PARAJE LAS ARAÑAS (cuento inédito)


Por favor, sea breve
, dijo la científica que ya no daba más de calor en esa zona perdida de la meseta patagónica. Mara le apretó el brazo a su padre, trató así de convencerlo. No soportaba ya que siguiera hablando locuras. Sin obtener resultado alguno, la niña optó por desautorizar el relato clavándole la mirada a la joven que la ignoró decididamente.
 

El padre de Mara, exasperado, pretendía convencer a la científica de que eso que había traído y que estaba ahora sobre el escritorio, era efectivamente una mano de alguien, que por magia se había convertido en una araña y que había paseado por el pueblo, aterradora y mortífera, hasta que él la había encontrado en el campo.

 

El rebote de miradas era de una tensión tal que los tres se olvidaron, por varios segundos, del calor agobiante que insertaba más rareza en ese lugar y en esa época del año, y que por momentos había servido de argumento para que el padre avanzara en sus explicaciones del caso de la mano- araña.


Mara no soportó más ni el relato del padre, ni el calor, ni la soberbia de la científica y se fue a su casa levantando tierra como se hace cuando uno está enojado y no tiene con quien pelear. 


A lo lejos, la suave brisa traía la voz del padre de Mara que insistía e insistía. Hasta que el viento cambió su sentido y se ahogaron las declaraciones y la vergüenza de Mara, que ya iba llegando a la humilde casa.

 

La adolescente se tiró en la cama había visto en la novela de la tarde, como se supone que hacían las chicas de la ciudad. 


Una ráfaga abrió la ventana y pudo leer el cartel de bienvenida del lugar: BIENVENIDO AL PARAJE LAS ARAÑAS. 

Ofuscada se levantó, cerró la ventana y se volvió a acostar.

–Qué arañas ni arañas… este papá también…! si sabe bien que no tiene que tomar vino… ahora todos se van a enterar de las locuras que anda diciendo de la mano de muerto esa…-

 

La hechicera caminaba lento buscando yuyos. Iba con el perro negro, güilo, que siempre la acompañaba. 


Mara renegaba y soñaba con llorar sonándose los mocos en un buzo de marca con números mientras comenzaba a paralizarse la mano derecha de la chismosa del pueblo.


 

lunes, 10 de junio de 2024

Cuento de Los nueve nudos del diablo, 2024



MaLAndra



- ¿Cómo traumá a un hombre en dos palabras?


El locutor cierra los ojos en el cubículo asfixiante de FM de barrio intuyendo la grosería que escuchará todo el barrio de la oyente que está saliendo al aire.


- No sé cómo lo traumás a un hombre, ¿Cómo lo traumás a un hombre MaLAndra? - pregunta el locutor resignado.

- ¿Y, ya entró...?


-Jjajaajaj, fuerte ese aplauso señor operador! pero qué ocurrente MaLAndra nuestra oyente vip...! porque MaLAndra es la oyente VIPPPP de todas las tardes en LTA nuestro programa que no es lo que ustedes creen... oyentes mente sucia, no es lo que ustedes creen, LTA es La Tarde Atlántica como siempre aclaramos en esta emisora de tan alta audiencia de este rincón de este maravilloso país... y con el humor de nuestra oyente estrella nos despedimos en FM FuLoCHu que no es Fuera Los Chotos sino Fuerte Libertad Chubutense, la FM... ¡de todos!! abrazo para todos ¡nos vamos, nos vamos...chauuu.!!!!! - el operador sube el tema de La Mancha de Rolando y el locutor se levanta sofocado de calor y vergüenza.

 

MaLAndra toma la panera de plástico y la pone sobre la mesada de granito resquebrajada. Las tortas fritas ebullen en diez minutos y la mujer las cuenta sigilosamente mientras se mira el escote ebulliendo también de hediondez y deseo como siempre que lo evoca en su devenir tan aburrido como pernicioso.

-La puta que está como quiere el Franco, ay chiquito que te miro y me pongo como la olla que le presté a la Kari y jamás me devolvió-

-La Kari se cansó de moverle el orto al Burro y vos lo sabías así que si se te fue es porque la flasheás con la foto del Franco en la heladera y al Burro lo usá para que te preste el remis para sacar algo para papear despué no le das má bola porque, siempre estás re destangada y te imaginá que el Franco te va a venir a amaaar...-


El consejo proviene de la primi, que cuando termina Intrusos sale de la pieza a pensar la vida junto con MaLAndra en la casa sin revoque que las respalda a toda hora mientras, entre selfie y selfie, les preguntan a los tipos en el feis qué les harían. Y ahi se revuelcan jugosas, en el placer impúdico de leer las barbaridades que aparecen de onanistas casados que fantasean con la MaLAndra y la primi de la remisería porque ya no pueden sentir la piel de la señora que no es la del "sí quiero" entre cumbias y tíos mirones en fiestas en salones de barrio con heladeras viejas y tubos fluorescentes a medio quemar que dejan las fotos verdosas que reposan en modulares descubiertos una tarde en la revistita de Torca y pagados en doce cuotas sin interés.


Porque MaLandra y la primi, si hay algo que les gusta, es la calentura que les genera la foto con el plano desde arriba mostrando las tetas apenas cubiertas que dan impulso a responder el "¿Qué me harías?" que antecede al envío de fotos soeces de miembros erectos de albañiles, panaderos, vendedores de celulares y munipas que exponen sin miramientos el más pornográfico erotismo que puede surgir de la picardía de las dos primas guachas. Porque la pobreza parece que se arregla drogándose, robando o cogiendo. Y la MaLAndra lo sabe. Y la primi ni te cuento. Pero la MaLAndra tiene sueños grandes, grandes y el que se trae entre manos es a toda orquesta.


-Primi, ¿sabé qué? me dio bola.

La primi está sumida en el ritual de pintarse las uñas con el único esmalte que les vino con el pedido de Violetta de la semana pasada y que vendiéndolo entre amigas y vecinas les permitirá pagar la luz, y el gas que vence en los próximos quince días. De laburar en algo más la primi, ni hablar; MaLAndra sí suele trabajar como remisera en algunos viajes que les da el Burro cuando le sale changa en la pesca, pero la primi no ha cumplido un horario en su vida más que todas las tardes para disponerse a mirar Intrusos.


La primi considera que MaLAndra es realmente la despierta de la familia (?), como les decía la abuela que al fallecer hizo las propietarias simbólicas de esa casa de dos ambientes a las dos, criadas por ella sola, con la promesa de que no se preñaran antes de los veinticinco, promesa que vienen cumpliendo a base del miso que sacan de la salita cuando la primi se hace la descompuesta y la enfermera se va de la guardia a buscar un trapo de piso para limpiar el vómito y la meada mientas MaLAndra se afana el misoprostol que les garantiza la libertad de no cargar un guacho y el cumplimiento de la promesa a la abuela en su lecho de muerte, "porque la abuela nos va a venir de noche y nos va tirar de las patas y nos va a pinchar el culo, primi" suele repetir MaLAndra intentando corregir a la otra cuando intuye que la primi se tienta fumando faso destangada y chupando palankas de los hermanos Tingual en el R12 descascarado mientras se muere el sol del atardecer en la canchita del descampado.

 

- Primi, yo me lo voy a traer al Franco, y me voy a coger y lo voy a filmar, ya vas a ver, el Franco va a ser mío ¿sabé? porque él mismo me lo dijo.

- A pero guacha vo si que te estás dando, pero vos te estás dando.., ¿vo te crees que un tipo lindo, fino como el Franco te va a dar bola a vo reventada?

-El Franco me contestó un mensaje, primi, mirá, mirá el feis...

La primi con sus dos neuronas haciendo sinapsis abre el feis y ahí está: efectivamente Franco de la Fuente, el diputado nacional le ha respondido el mensaje zarpado a MaLAndra. Le ha respondido específicamente "Muchas gracias por comunicarse, estaremos atentxs a los mensajes de cada unx de nuestrxs seguidorxs ya que es el ciudadanx común quien sostiene nuestra vocación, por lo que Franco de la Fuente más que un político, es un servidor. Abrazo, gracias por comunicarse."


MaLAndra ha realizado una lectura semiótica más compleja que una licenciada de la universidad nacional, y la primi que no es que descolle pero un poco de lógica maneja, aca de detectar que la MaLAndra está flasheando mil.


-Pero vo si que flasheá MaLAndra, el Franco le contesta a todas las minas, porque el Franco es político entonce le contesta a todas las minas, a las viejas a las rengas a las tuertas a todas, mamá...

- Como só eh, mirá el mensaje que le mandé y él me hace señas en la tele cuando sale, es un código entre el Franco y yo, ¿entendé?-

-... Ah pero vo está como queré, ¿de donde sacás que el Franco te va a dar bola?, ¿Porque se sacó un selfi con vo te va a dar bola para coger? ¿Pero so tarada vo?-

- El Franco me desea, chabona, pero vo no lo podé entender porque vos le prestá la cola al Pilo Tingual y nada má; el Franco y yo vamo a terminar a todo ritmo, mamá-

 

El portazo de la primi se hace sentir poco, porque en realidad la única puerta es de chapa, del comedor a la pieza lo que hay es cortina, y es sabido que es medio al pedo intentar demostrar enojo con una cortina. Es realmente al pedo.

 

MaLAndra graba un mensaje en el messenger del feis, para Franco de la Fuente como destinatario final.


- Te veo y la verdad me re derretí, no quise cartelear cuando viniste a la sede del barrio pero sé que me miraste y te miré, que eso músculo que tené debajo de la camisa se movieron para mí, que vos me carpuseaste como yo te carpusié a vo. Franco vo sos para mí y yo para vo, yo sé que todo va a ser dequerusa al principio, por tu señora, por tu pibes, pero esto es así, monono, estás muy fuerte y yo sé que donde te mueva la burra vas a quedar loco y vas a ser todo mío. Si me escuchás este mensaje, cuando salgá mañana en el programa de canal 12 con la flaca del noticiero, vo sacate el saco y yo voy a saber que me escuchaste y que tenés la fija del amor para mí también como yo para vo...-

 

-Franco de la Fuente está con nosotros en Sin Miedo y le damos la bienvenida a este prominente político, fuerte ese aplauso para recibir a FRAN-CO DE-LA-FUEN-TE!! - deletrea la conductora mientras la discreta claque del canal 12 aplaude fuertemente a Franco que entra con un traje siciliano que marca su trabajado cuerpo que imponente se roba las miradas de hombres envidiosos y mujeres deseantes. La conductora se acerca sinuosa como pantera en celo y lo abraza repasando por encima de la ropa lo que de buen grado conocería mucho mejor en su camarín si Franco devolviera los llamados que le hace con bajas intenciones que disfraza de interés periodístico. Franco se sienta en un sillón kilométrico que lo deja sensualmente acomodado con los brazos extendidos, mirando a la cámara, sonriendo y aceptando los elogios retenidos de la conductora de cuerpo torneado en los tres centros de belleza más caros de la ciudad. Todo es luces, brillo, claridad, colores saturados, formas redondeadas, superficies limpias, sensualidad y clase.


MaLAndra espía envidiosa la vida de Franco, repasa la mirada de la conductora latiendo de celos por lo que no es, lo que no alcanzará y soñando que Franco alguna vez la mirará entre esas cuatro paredes de ladrillo hueco secándose bajo una lamparita de 70 wats sobreviviendo colgada de un par de cables desnudos. 


Las luces del estudio están realmente sofocantes y Franco comete el peor error que puede cometer: se quita el saco de su fino traje en cámara. MaLAndra interpreta eso como la señal esperada.


Finalizada la nota Franco sale del canal y en blanco pone los ojos cuando divisa la rueda delantera del auto en llanta. Pero carajo donde encuentro un remise ahora para llegar a la próxima reunión.


Y es MaLAndra la que sensual frena frente a Franco y su apuro, subiendo porque si hay cosa que da seguridad es Remisería La Confianza, del Burro López como reza el imán de la puerta.

El palio avanza y MaLAndra no se atreve a mirar por el espejo retrovisor. Toda su vida viene en el asiento trasero. Y toda su vida es tan distraído que no se da cuenta que el camino va cambiando de paisaje hasta perderse en el descampado de perros cimarrones, gritos, palanganas con jabón blanco y gallinas esquivando la muerte un día más. 

MaLAndra se baja a abrirle la puerta con la llave cruz en mano y eso es lo último que ve Franco antes de levantar la mirada del teléfono para decir que no.


- Pero boluda, este que está en tu pieza es el Franco de la tele... qué hace el Franco acá, lo tené inconciente, desnudo, ¿qué tiene en la piel? ¿qué hiciste loca? So re violeta MaLAndra, largá a este tipo, dejalo boluda te re zarpaste, loca, le aplicaste mafia al Franco, loca de mierda, yo no te voy a segundear, en ésta no te voy a segundear...-


Franco está inconciente sobre una cama roñosa, con acolchado de tigre. Cubierto de marcas de besos de rouge rojo grasoso. MaLAndra sentada lo acaricia mientras lo mira arrobada. MaLAndra sabe que lo que hizo tendrá un final letal. Igual prosigue los pasos de la tarde como siempre, llamando al programa en donde es la estrella en donde contará todo lo que sueña en su brutal psicosis fantasiosa que la ha llevado a donde está. MaLAndra quiere seguir siendo quien es. El locutor atiende una vez más el llamado de la ya agendada oyente estrella vip de la FM FuLoChu.

 

La tierrita seca se va levantando a la velocidad en que la camioneta avanza con el GEOP en la caja.

-¿Cómo es el nombre?

-No, no sé, el domicilio exacto es Evita 764...

-Si si, decime el nombre de la secuestradora

-Ah mierda, pará, pará ahi me fijo... Andrade, Martha Laura Andrade, 22 años, remisera...

 

En la FM FuLoChu la oyente más famosa de todas hace su último chiste antes de la entrada del GEOP.


-...¿Conocen el chiste de la mina que le pega un tiro en la pierna al amante y después le hace tortas fritas? Eh, eh ... ¿lo conocen?....

 

 

 

 

· Aplicar mafia: acción de intimidar a una persona ya sea mediante palabras o con acciones violentas.

· Burra: nalgas femeninas

· Cartelear: llamar la atención

· Carpusear: mirar para tener sexo

· Dequerusa: en silencio

· Destangada: se aplica a personas de sexo femenino bajo efectos de las drogas o alcohol.

· Papear: comer

· Fija: situacion ideal para delito

· Monono: lindo

· Segundear: acompañar

 

domingo, 2 de junio de 2024

Instrucciones para un gourmet caníbal


Un gran honor participar de esta antología con escritores vibrantes, prestigiosos y talentosos!! 

Pueden encontrar aquí esta apuesta literaria extrema: 

 https://www.instagram.com/latuercaandante?igsh=NWhvNWFreWp5NGYy

lunes, 6 de noviembre de 2023


Quiero compartir este reel 📽️📖 realizado por mi querido socio creativo Roberto Carinao ,con fragmentos de algunos cuentos como "Banquinazo, telón y después'", "La frialdad de las piedras", "Supuesta asistencia con el pino colbert", "Ardido el correcto funcionamiento", "Agua de silencio", "MaLAndra", "Alazán negro", "Natación" y "Los nueve nudos del diablo" .

Es muy fuerte "escuchar" a los personajes, espero que les guste  📖📚💓



 

lunes, 23 de octubre de 2023


 




DE MI PRÓXIMO LIBRO "LOS NUEVE NUDOS DEL DIABLO" 


ALAZÁN NEGRO
                                        

A Luis Cuadrado



Cuando se casan se visten de blanco. Y de blanco se visten en las playas en año nuevo. De blanco me dijeron que son las cosas finas, y la gente fina es flaca y blanca. La bondad parece que también es blanca.

Yo nací así. Le dijeron a mamá que yo tenía monocromatismo, que mi mundo se reduciría a la ausencia de color y que perdería agudeza visual cuando más luz hubiera. Todo al revés. Por eso sería que de chiquita me lo pasaba en el galpón, sentada en los fardos, jugando a adivinar quién pasaba por el portal y qué vendría a buscar. Y lo mejor era cuando entraba el alazán negro.

-Es un alazán, no es negro, es alazán, marrón rojizo, no es negro- me decía ofuscada Albina, una de mis cuñadas.


A mi no me importaba. Para mi vista sensible, percibir al alazán en el portal con sus orejas erguidas y su ronquido era de lo más placentero, prácticamente una melancolía dulce que me traía sosiego y seguridad.

-Sacate de encima a la ciega- solía decirle Albina decidida a mi hermano. -Esa chica tiene algo, ¿ves que todo lo ve al revés? siempre tu mamá la protegió mucho, pero esta chica asi trae desgracia- le horadaba Albina a mi hermano para apurar mi ausencia y a su vez, su titularidad absoluta en presencia y papeles.

Mis hermanos eran mellizos, y vivían hundidos en la tranquilidad de lo idéntico. Como idénticos eran ellos sus familias también lo eran. Todos tan blancos y tan iguales como sus intenciones. Idénticas.

Cada conversación que escuchaba de mis hermanos acerca de llevarme a un internado lejano, me llevaba al galpón, a los fardos a esperar la entrada del alazán y su diálogo reposado de patas inquietas y bufidos que me invitaban a caminar hasta los álamos, que me esperaban con su apaciguador sonido ondulante.

Más de una vez el chillido del alazán negro acompañado del manotazo les habían tirado los vasos. Los vasos que me traían mis cuñadas Blanca y Albina, siempre tan atentas con sus juguitos vaya a saber de qué, que me llevarían lejos de este campo.

Y asi no más nos íbamos con el alazán hacia el bosque cercano que nos recibía en su pacífica y sinuosa oscuridad.

Durante mucho, mucho tiempo los cuatro Insistieron en mandarme a la iglesia, como si furtivamente pensaran que mi mundo en blanco y negro mudaría mi temperamento de hija tardía a una harpía de oscuras voluntades.   

-¿Entonces la maldad es negra? - le pregunté a la monja.

-Claro, claro, la maldad es negra- sentenció la sor mientras salía apurada de la iglesia.


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Es la última vez que mis cuñadas van a intentar darme su juguitos. Eso ya lo decidí en este bosque que me cobija austero de brillos y luminiscencias vacuas.

Vibra el suelo húmedo bajo las pesadas pezuñas. El alazán negro me mira y veo su figura borrosa alejarse lenta. Los ojos se me nublan definitivamente. El alazán me ha convencido. Estiro la mano hacia sus orejas que van hacia adelante y hacia atrás con incertidumbre. La cola molesta da azotes. Lo toco nuevamente, la nariz está arrugada y la boca apretada de ansiedad. A las arrugas encima de sus ojos en este momento las interpreto preocupadas.

Ya no habrá modestia, ya no habrá sumisión. 

El alazán me mordisquea los brazos haciéndome reir. El resoplido me advierte del peligro. Voy a guardar tres juguitos más y me voy a ir a denunciarlos.

Porque a mí no me envenenan, eh, no, no. Voy a seguir viviendo en mis sombras, en el fiable aroma de mi campo; voy a seguir palpitando las tardes en compañía de mi alazán, guiada la caminata con la mano en su pescuezo. Porque el latido de la vida para mi es negro y punto. Como negro ha sido siempre para mis ojos, el mismísimo alazán.

 

 

 

 

viernes, 6 de octubre de 2023





De mi próximo libro LOS NUEVE NUDOS DEL DIABLO


LAS CARMELAS DEL EVENTO

 

Yo había borrado del celu la invitación a la entronación de Fede como juez, igual recordé ir con mis mejores medias. Siempre flasheo que algo puede pasar y voy a tener que sacarme los zapatos en algun evento público laboral. Las carmelas del evento ocultaban sus pies descalzos y sus remojadas intenciones, eso fue lo que más me conmovió.

El momento del saludo me fascinó a tal punto, que decidido me acerqué a coreografiar con todos. Estiré el cuello, sonreí moderadamente, demostré mi sorpresa tocando codos de cachemira y entorné los ojos para aspirar los aromas.

Las butacas están hace cien años en el Colón y no por eso saben bailar el lago de los cisnes dijo Forester y tres alrededor largaron la carcajada nerviosa y triunfal para humillarnos a los que no llegaremos a lo que él llegó.

 

 Yo sí que aquí aprendí cosas. Por ejemplo evitar el roce agresivo que saca chispas a mi saco de poliester azul y saberme todos los productos para la renovación de calzado; aunque debo reconocer que me fue complicado cuando se puso de moda el nobuk. Qué material difícil por Dios, qué revelador...Con el carpincho me pasó lo mismo. Le salían unas vetitas que me inquietaron al máximo, hasta que me di cuenta que era la gata la que durante la noche se afilaba las uñas cínica y perversamente para arruinármelas. Tuve que ir pasada las nueve de la noche a la zapatería para sacar de incógnito cuatro cajas de zapatos de la basura para resguardar mis deliciosas joyas de calzado que tanto esfuerzo me habían costado.

 

Es el nombramiento de Fede. Ya no Fede. Alberto Federico De Lanzarotti. Su señoría De Lanzarotti. Y yo para cuándo. Y Cata, y Clarisa, y Rodrigo y Milagros para cuándo.

Ay carajo piso mal y me doy cuenta que se me metió no más en el zapato la arena maldita de la vereda sin terminar. Qué incomodidad por favor.

 

Busco la mirada de Clarisa y la encuentro en franca agonía sonriendo con dientes apretados. A su lado Rodri, de brazos cruzados soporta la mano de Malvarez Ro en la pierna. Cerca cerca. Tan cerca que al mínimo movimiento Malvarez Ro estaría al tanto de sus fálicas proporciones. Rodrigo humillado me mira, y su mudo grito me suplica reserva. El más tonto chiste lo dejará abierto a la sospecha y adiós boda con Ariane, adiós suegros adiós navidad en Miami de piel dorada y tragos dulces como las delicias que sueña para su futuro.  

 

Cata se arregla la camperita de botones chiquitos. Gris. Gris como la vida que lleva junto a su madre viuda que no SE-MUE-RE-NUN-CA para dejarle la casa de una vez por todas y ponerla ella a su manera, como la quiere, blanca. Como la quiere, blanca y minimalista, sin esas carpetitas a crochet de...PASE PASE DOCTOR ANGRA RICCO, POR FAVOR ... y por un segundo el viejo torpe me saca de mis pensamientos de miseria y opresión y no hace más que ponerme en mi lugar. Literalmente. Al lado de la puerta, metiéndome el picaporte en las lumbares para que pase él y todas las eminencias que han venido a saludar a Fede y a lustrar su futuro que pasó de ilusorio a real.

La envidia es un espejo cruel y paralizante. Se siente como piernas fantasmas en ese sueño que te impide avanzar. Es esa cuerda vocal que no permite que grites, que te baña en nulidad la vida. Ese minuto revelador que te deja contra el picaporte a vos y a esas pobres carmelas deseantes a las que van a crecerles los hongos de la demora en los huecos de la permanencia húmeda en que se hunde la prórroga fatal.

 

¡Me revienta este edificio...el ascensor no tiene espejos! Se queja Milagros atravesando apurada y apretujada para saludar a Fede y sonreir nerviosa hasta que Marita, su esposa, la haga bajar la mirada porque descubrió los mensajes que le envía a su marido, tan juez maridado en la maridez de Marita experta en maridajes de queso y vino.

 

Acá adentro se ha investigado, se ha impartido justicia e injusticia con la misma intensidad. Acá se desnuda a la gente, a la intención, al objeto, al fin, al intento, al propósito, a la mismísima muerte la hemos despellejado pero nunca se ha revelado lo impensado que habita en nosotros mismos. Tampoco se ha hablado de las pretenciones de los que no pueden acceder y elevarse gloriosos en una exquisita entronación como le ha sucedido a Fede hoy.

No hablaremos jamás del sesgo que las humildes intenciones van goteando detrás de todos y cada uno de nosotros. Porque acá el deseo no aparece desnudo ni aparecerá, más bien bailará en el rebote de miradas que se esfuerzan por esconder el aullido agónico del que espera. En ellos yo. Y Cata, y Clarisa, y Rodrigo y Milagros y nuestro ¿para cuándo...?.

 

Ya no soporto esta arenita en los zapatos. Ni el calor del contacto humano. La agazapada gloria de los que llegaron me asfixia, me lloran los ojos de acidez, necesito salir, probar la solitaria frescura de descenso a mi oficina y apoyar mis manos en el escritorio de chapa. Lo que necesito es recuperarme. ¿Ya te vas? Me sorprende Clarisa. Yo también quiero descansar me dice. ¿Descansar?, ¿de los espejos y espejismos que acaban de atravesarnos filosos será?. ¿Descansar?, que será descansar le pregunto a los escalones por los que desciendo.

Es cerrar los ojos, olvidarse de las piedras afiladas que como miradas hubieran podido herirte. Es aspirar el aroma ese de los otros, tan mezclados como evitativos. Tan muertos pero a su vez tan vivos ¿no?.