miércoles, 28 de octubre de 2009

LA AÚCA (cuento)

Yo me esperaba un chirlo, un huascazo con el fino rebenque. Ya me tenía acostumbrada el patrón. Todas las mañanas me disponía al paseo cuando se levantaba la helada, y él mismito nos despertaba a todos en corral con su chiflidito bajo. Pero no. Esta vez mandó al Miguel a que me ensillara con el recao más fino y las riendas nuevas. Honestamente pensé que me iban a llevar a la feria a venderme. Esa sospecha acá la tenemos siempre, te llevan y es cuestión de esperar no más que algún viejo te compre “pa’ los nieto”.

Igual yo soy una privilegiada, soy la preferida por mi galope parejo, mis ancas seguras, mis bríos y mis crines rubias (que tanto le gustan a la Valentina, la hija del patrón).

Inquieta en el corral lo vi venir, porque sentí que esa mañana era diferente. Se acercó despacio, con su paso tranquilo, tan moreno y tan callado. Con las botas viejas, el ponchito gris y un sombrero nuevo. Pisó el estribo, pasó la pierna, y como me tocó la verija yo salté instintivamente. Pensé que me iba a fustear. Pero no. Me dijo dos o tres cositas lindas, me acarició las crines rubias, cariñoso, me dio dos palmazos en el cogote, y me echó a andar, mientras el sol dejaba la holgazanería y empezaba de a poco a iluminar la cordillera.

Y fue bien diferente el paseo. Con esa intuición que tenemos los animales y las hembras, lo llevé como no queriéndolo llevar, porque yo percibía lo que le iba a pasar. Pero tratar de torcer el destino de un hombre no era algo que una yegua, vieja y mansa como yo, pudiera lograr. Y anduve, no más. Me fui por donde él quiso, me moví lo menos posible cuando los tábanos me picaron el pescuezo, y pasé de largo el río sin tomar agua, para no perder tiempo, para llenarlo de paisaje todo lo posible por última vez. Lloré un llanto raro contra el viento del mediodía, y me fui con un galope parejito, parejito, cuando en la pampita me hizo galopar... como si me lo pudiera llevar lejos para que no lo alcanzara la muerte.

Solos los dos nos despedimos en este último paseo, el patrón y su yegua preferida, como dos enamorados que cabalgan su última cabalgata de amor y de separación inevitable. El final del paseo se me iba atragantando, iba llegando sin querer llegar, con una sensación de desgarro interior ineludible. Sentí que yo había sido la más importante, su compañera eterna de recorridos en incontables madrugadas heladas, de arreos, de tardecitas de vuelta al rancho. Yo le había dado mi vida y él me estaba dando ahora algo tan importante como su muerte.

Dudé en detenerme cuando se quiso bajar, me dio pena.
Se sentó bajo el árbol y se apretó fuerte el pecho. No quise ver.
Cuando volví a mirar, ya me lo había envuelto la Muerte en su negrura.
Lo dejé no más, ya no había más nada que hacer.

Despacito, con mi alma de yegua triste y resignada, la emprendí p’al alambrado, a esperar que alguien desde el camino me viera, y de verme ahí en el alambre, cabizbaja y ensillada, se diera cuenta que algo le había pasado a mi patrón.

Auca: yegua arisca
Huascazo: latigazo

viernes, 16 de octubre de 2009

CINE HECHO A PULMÓN...AJENO





















Es sabida la eterna lucha entre el mal llamado “interior” y la capital en varios temas. Principalmente me toca aquí analizar o comentar temas relacionados con lo audiovisual asi que a ese tema me referiré.
Me plantea un amigo el otro dia: “che ¿quién carajo decide que los de las provincias tengamos que colaborar con las películas que filma un tipo que soñó al lado del obelisco? Porque con ese cuento del cine hecho a pulmón vivimos poniendo esto y aquello, nos usan, vamos de aca para allá y nunca aprendemos nada y… bla bla bla …uno siempre colabora en lo que puede arengado por funcionarios y después estos tipos levantan rancho y nadie se hace cargo de las cosas ni las deudas y bla bla bla…”.
Yo, que soy toda elocuencia, que tengo un humor espontáneo y que utilizo un lenguaje dominguero envidiable para medio mundo… NO SUPE QUÉ HOSTIA CONTESTAR ante el tsunami real y concreto que mi amigo exponía. Deber haber sido la primera vez que me quedé muda, lo juro.

Por más que no correspondiera que este amigo, cuasi sulfurado, me reclamara a mí algo de lo que no tengo responsabilidad alguna, comprendí que yo en ese momento recibía este desahogo en nombre de los productores del mundo o algo asi, con quienes no tengo la más absoluta relación, pero bue, el hombre necesitaba expresar su desencanto con el cine y justo estaba yo ahí.

Luego de reflexionar me di cuenta que en parte tiene razón. Sin hacer una regla de excepcionales casos de inoperancia, irresponsabilidad o falta de profesionalismo, es corriente que algunos productores, aquí y en cualquier otro país, utilicen en su beneficio la buena fe y fascinación que una propuesta nueva genera en el interior.
Y muchos, por qué negarlo, se aprovechan de ello, haciendo cargo a una provincia, comunidad o zona de todo lo relacionado con la producción.

“Nos larguemos total en la provincia alguien nos va a bancar”, esta es un frase que personalmente la he escuchado más veces de las que me hubiese gustado, y eso le hace mal al cine y a los que hacen cine con una mirada responsable y respetuosa. Es asombroso pero eso se traduce en los temas, relatos y calidad de las películas, es sorprendente ver que la película es el alma de quien la rodó, créase o no.

¿Cómo transmitir esta falta de algunos que hacen que la gente se desencante de algo tan mágico y que puede redituar tanto como el cine? (en la parte turística, cultural, en capacitación para la gente de los lugares en que se rueda, etc.)
¿Cómo llegar a quienes deciden, ponen las firmas y dan plata sin tener control alguno de lo que alguien recibió, a veces por el solo merito de ser un soñador en una gran capital?

No es cuestión de echar, de no recibir o no colaborar, no es necesario sabotear nada, creo que el tema está en separar la paja del trigo, pero eso precisamente, no le corresponde al ciudadano común, sino a quienes tienen la responsabilidad de velar por los intereses culturales, económicos, turísticos y demás de todos a quienes representan, planteando así algún modo de colaborar si, pero controlando, viendo quién, cómo, qué, cuando y dónde se realizan las cosas, y en qué condiciones.
Controlar no es mala palabra, es proteger, resguardar, es empatizar con lo que nos pertenece y lograr que el otro lo haga también. Se puede crear, hacer arte y soñar también así.

martes, 13 de octubre de 2009

LA MIRADA DE GIALLORENZI


Hay seres a los que la luz propia los pone en un lugar fundamental, personas que logran transmitir lo que ven y eso, a quienes los rodeamos, termina resultándonos interesante. Es el caso de Jorge Giallorenzi, arquitecto, fotógrafo, escritor.
Tuve la oportunidad de conocer a este talentoso ser humano, cuya sensibilidad es imposible de omitir. Disfruté también la ocasión de leer lo que escribe y hasta de ser musa de un haiku suyo:


Tarde de arena
al rescoldo la voz
misma armonía

Pasé por la circunstancia de ser blanco de su mirada y aquí está el resultado. La fotografía de Jorge Giallorenzi me revela, por eso la expongo, más para descubrirlo a él que para que me descubran a mí quienes ya me conocen y visitan este blog.
Su libro “ANIKO Y AKIRO” (haiku) es delicadamente extraordinario.
Dispongo aquí algunas pinceladas de esta invitación a la belleza fugaz que es el haiku de Giallorenzi.

Derrama miel
porfiada abeja reina
resfrío fuerte

Entre la nieve
apenas si aparece
el hociquito

Alguien espera
que baje la marea
arroz con pulpo

Bajo el barco
sonidos de ballenas
¡uhh! por poquito

El saltamontes
entre dos alambrados
vibra la hierba

viernes, 9 de octubre de 2009

PASIÓN DE MUJER


Tuve la oportunidad de ver la obra de teatro PASIÓN DE MUJER, del grupo EFECTOS COLATERALES, con el guión y la dirección de Nené Guitart.

Al vivir cotidianamente sumida en diferentes lenguajes artísticos como la literatura y el cine, me cuesta muchísimo evitar el análisis minucioso de los recursos que se utilizan cuando corre la acción. Esta vez para mí fue distinto, no sé si porque el teatro no es mi objeto de estudio o porque tenía ganas de dejar el análisis de lado y disfrutar, pero tuve sensaciones interesantes, abismales y contradictorias con esta obra, que es un transitar por la vida y esa desdicha que dispara el arte en ella. Mujeres, mujeres artistas. Bellísimas, impetuosas, ingenuas, tan presas como cualquiera de su hormonalidad, de su vanidad, del amor, del desamor, de la idealización del otro que nunca termina.

Son cuatro las intérpretes, Marta Golletti, Elda Griffiths, Nelda Scoltore y Graciela Bonansea quienes encarnan con muchísima técnica actoral (cantan, ejecutan instrumentos, realizan monólogos sorprendentes) a estas mujeres que les cuento.

La dramaturga y directora Nené Guitart con una sensibilidad exquisita nos invita a transitar destellos de la vida de estas mujeres, personajes únicos, todos con su genialidad y sus desaciertos. Desaciertos íntimos, tan íntimos que fueron por los que se derramaron precisamente sus talentos personales… y esa pena se siente, se palpa al ver la obra.
Con maestría y cautela, Nené pone las perlas justas para formar un collar exacto, puntual, discreto y certero sobre la emocionalidad femenina. Con humor, con ironía, con
elegancia la obra nos habla de mujeres hundidas en pasiones insondables, irreversibles, que muestran como principal anclaje la feminidad en varias versiones, por momentos llevada al extremo, derivada en pasión para bien y para mal de sus protagonistas. María Callas, Violeta Parra, María Félix… todas con sus historias, vertiéndose definitivas en sí mismas, ahogando para siempre el talento artístico y el juicio personal.

Es brutalmente eficaz el espejo que logró Nené Guitart con EFECTOS COLATERALES en PASIÓN DE MUJER. Historias de mujeres singulares, vehementes, ardientes.
Mujeres.