lunes, 25 de enero de 2010

El Baquiano y la Cruz del Sur

Cuando sopla el viento (fragmento)
Jorge Eduardo Vives

“…La noche cayó rápidamente, casi sin anunciarse; pero incendiando antes con rojos y púrpuras el horizonte.
Ensartada en el asador la carne chirriaba y dejaba caer gotas de grasa derretida que avivaban el fuego con breves fulgores. Un fuerte aroma inundaba la habitación impregnada del humo incapaz de escapar por la chimenea.
Mateaban sin decir una palabra. Pronto unas costillas de capón estuvieron listas y las comieron compartiendo el cuchillo de cabo de madera del puestero, siempre en silencio. El visitante mantenía alejada de la mente, a medias, la sospecha de una conspiración en su contra. Había estado cerca de tres horas en el lugar sin encontrar más indicios de la presencia de otra persona en el rancherío. Después de comer tomaron unos mates más y el visitante se paró.
-Voy a dormir afuera, al galpón – dijo.

El puestero apenas asintió con la cabeza.
Salió a la noche. Bajando la cara para cubrirse de la ventolera recorrió el corto trayecto hasta el galponcito de chapas. Una vez adentro encendió un cabo de vela llevado de la cocina del peón. La luz amarillenta se retorcía al influjo de las ráfagas de aire coladas por los intersticios del cobertizo.

Iluminándose con la vela recorrió el galpón, buscando un lugar donde acostarse. Sobre un caballete de madera, oscuro de grasa, estaba el apero del peón. Pensó en usarlo de almohada. Siguió recorriendo. Corrió un tambor de doscientos litros para hacer lugar a su improvisada cama. Entonces vio el otro apero, completo, con estribos y todo. Las dudas reprimidas durante la cena volvieron y se tornaron certeza. Era imposible que el peón tuviera dos recados. Además, ese otro estaba oculto adrede. Resultaba indudable la presencia de alguien más en el puesto…”


Como un baquiano parco y decidido, guiado por la cruz del sur, Vives se dirige con su escritura a donde quiere. Y no vuelve. Cada palabra que escribe es un paso que queda marcado en el barro literario de la Patagonia. Un barro que cuando se reseca petrifica en él el concepto del hombre que lo escribe. Y queda atrapado allí para siempre.
Sus palabras son un agua decisiva que caliente cae en el mate de sus historias, y que intrigado uno se toma cuando Vives lo ceba esquivando los pormenores.
Sus cuentos son interesantes y verosímiles como un relato contado de noche por un puestero que, conociendo el pulso de la tierra en la que vive, hace latir el miedo en el más guapo de los visitantes.
Es rotundo, irrevocable el relato cuando Jorge lo cuenta en voz baja, con la mirada segura sobre las chispas, sentado frente a la estufa del rancho.

Él sabe que la magnífica Patagonia no acepta desafíos humanos, que aquí manda el viento, el fuego, el mar, el río, el horizonte. En su recio transitar la acción es todo y es escueta la referencia. Para Vives la faena con la palabra sigue y no hay tiempo de explicaciones.

Y cuando se ve la cruz del sur en el cielo, Vives se sube al negro caballo de la escritura y se dispone bien resuelto a atravesar el ritual de pronunciamiento que conoce, un pronunciamiento definitivo y cruel a veces, porque no tiene retorno.
Jorge Vives nos revela concluyente, firme y austero, lo que dicta la sentencia de la tierra.


martes, 12 de enero de 2010

Catherine. Y él.

Nunca fueron pareja en la vida real, por lo menos no legítimamente, pero estos dos actores han realizado a lo largo de los años siete films juntos y conservan una amistad muy particular desde tiempos inmemoriales.

En EL ULTIMO METRO (1980) del cineasta Francoise Truffaut (este es de los buenos buenos en serio) , Gerard y Catherine cuentan una historia situada en el París ocupado por los nazis en la que el dueño de un teatro se esconde en un sótano mientras su mujer y actriz se enamora del protagonista de la obra que intentan estrenar.

Gerard y Catherine también protagonizaron LOS QUIERO A TODOS (1980), en donde el personaje de Catherine invita a cuatro hombres que ha amado a cenar en navidad.
En FORT SAGANNE (1984) es una historia en la que los dos intervienen otra vez y está ambientada en 1911 donde un ex combatiente se va hacia el sahara a hacer una nueva vida y resulta encontrar la gloria a través de la pacificación del desierto que lleva a cabo.

Después de catorce años ambos rodaron OTROS TIEMPOS (2004) del director André Techiné, historia en la que Gerard/Antoine se obsesiona con reconquistar treinta años después al personaje de Catherine (Cecile, que es casada y tiene un hijo) por las calles de Marruecos.


Si bien dicen que el gran amor de Catherine fue el inolvidable Marcello Mastroianni, con quien tiene una hija también actriz, Chiara Mastroianni, Catherine reconoce que a Gerard no solo la unen los films que hicieron a lo largo de sus carreras artísticas sino que una amistad que si bien no es de visita diaria, retoman cada vez que se vuelven a encontrar en los rodajes. Dice ella de él: “Gerard es un pilar importante de mi vida creativa”, cosa que puede o no ser verdad en esta mujer de belleza imperecedera que es reconocida no solo por su talento actoral ( y por ser musa de grandes de verdad como Truffaut, Roger Vadim o Polanski) sino también por su reserva y gelidez a la hora de hablar de las verdaderas emociones que ha vivido a lo largo de sus sesenta y seis años de vida y sus cincuenta y tres de carrera. En resumen, los tiempos cambian, los directores cambian y las reglas del juego cinematográfico cambian, pero ellos dos siguen ahí, Gerard, el loco talentoso de siempre, y Catherine tal cual la vi en el Festival de Cine de Mar del Plata hace unos años: bellísima, altiva y glacial. E inalcanzable.

domingo, 10 de enero de 2010

Incauto Diego, Incauto

MAREAS DE SUEÑOS

En el fervor
de unas costas plenas
encallaron mis sueños sinceros,
fue el mar de los desengaños
quien puso a resguardo
mi corazón viajero.
Hoy,
la brisa de su aire exclamo,
porque a merced de sus labios
nuevos presagios encuentro.
En sus costas vivas
avistan mis remansos,
en su bahía firme
hay vientos sinceros.
Mar de los silencios
e idilios profanos,
navegar en tu reparo
simplemente quiero.
Ya no se añoran
bitácoras de paso
ni busco sirenas
en algún puerto
lejano al tiempo.
Mar de los presagios,
ya no naufrago
en mis desiertos.


Diego se viste de negro, en una habitación negra. Con la pupila negra que recuerda el oriente aquél que antropológicamente lo antecede. Con esa pupila ancestral vigila el espejo, mientras se pone un saco y se lo abotona meticulosamente. Protege especialmente el pecho. No sabe. Todavía no se dio cuenta.

Diego es un escribiente, no un escritor, un escribiente, viviente, doliente.
Se mueve, se retuerce en el veneno de sus sueños incompletos cuando escribe. Diego es vísceras, masa de músculos, de mente, de carne inerte cuando se duerme.

Yo, soberbia, pensante y ritual lo desangro ahora de palabras porque puedo, porque debo, porque soy su nodriza y lo envuelvo en mis alas si quiero porque lo vi nacer poeta. Porque quiero y porque debo.

Diego tiene los músculos rígidos, los tendones tirantes, los brazos fuertes, el gesto adusto, el pelo corto, las manos tensas. Si, las manos tensas, muy tensas, justo, justo para tomar la pluma de escribiente (viviente, doliente) y saquearse solo el alma, expeliendo poesía.
Pero ahora lo miro, y veo que él solo se abotona el saco protegiendo celoso su piel de adonis moreno.
No sabe. Todavía no se dio cuenta.
Diego deja siempre el corazón (con sangre, con jirones de tejido de impresionante rojo brutal y real), del lado de afuera.



miércoles, 6 de enero de 2010

231

Del cuerpo MAPAS DEL DOLOR, del libro LETAL INTENSIDAD.

DESAFECTO

Imposible soportar
lo insoportable.

Congelamiento total.

Lágrimas de fatiga.

Frío perdón.

Perdón preciso.
Perfecto frío.

Imagen dolorosa
la del ahogo final.

La soledad
siempre
es glacial.

En Argentina durante el período 1 de enero al 31 de diciembre de 2009 se registraron 231 femicidios (mujeres y niñas), 16 femicidios "vinculados" de hombres y niños. Y se registró un incremento del 11% de asesinatos por violencia sexista con respecto al año 2008.

La Asociación Civil "La casa del encuentro" (www.lacasadelencuentro.org), responsable de la elaboración del informe, define como "femicidio" a una de las formas más extremas de violencia hacia las mujeres, es el asesinato cometido por un hombre hacia una mujer a quien considera de su propiedad.

El término "femicidio" es político, es la denuncia a la naturalización de la sociedad hacia la violencia sexista. Además elaboraron el concepto "vinculado" partiendo del análisis de las acciones del femicida para consumar su fin: matar a la mujer.
El mencionado informe arrojó que sobre los 231 casos el rango de vínculo con la víctima era esposos - parejas - novios (65%); ex esposos - parejas - novios (68%); hermanos - hermanastros (5%); padres - padrastros (9%).
Con los datos expuestos se demuestra que en 163 casos, el femicidio se produce en el círculo afectivo directo. En cuanto a rango en edades de 31 a 50 (82%); 19 a 30 (62%); 13 a 18 (29%) entre los más alarmantes.
Es así como se demuestra que el mayor porcentaje de femicidios es entre los 13 a los 65 años y las modalidades son varias: apuñalada (79%); baleada (64%); golpeada (38%); estrangulada (18%); degollada (11%); asfixiada (6%); incinerada (6%) y ahogada (4%).

En cuanto a las edades de los femicidas van de los 13 a 18 (6%); 19 a 30 (59%); 31 a 50 (72%); 51 a 65 (31%); 66 a 90 (8%).

En el informe también se detallan casos que no están contemplados, como por ejemplo mujeres que ingresaron a hospitales con evidencia de violencia sexista, pero al fallecer en sus certificados de defunción figuraba muerte por paro cardiorespiratorio u otro causal, invisibilizando la violencia que generó el cuadro. Fuente: http://www.lacasadelencuentro/.

viernes, 1 de enero de 2010

A la misma hora, en el mismo dial



(dedicado a Adelia Ocampo de LRA 9 y a Roberto Suarez de LU 17)

Hay varios elementos que forman parte nuestra vida diaria, pero hay uno que es de indiscutida importancia en la vida de la gente: la radio. Aunque a veces viejita y apartada, sin antena en alguna esquina de la cocina o llevándola de acá para allá cuando los partidos, todos tenemos un aparato de radio. También tenemos una frecuencia preferida, un programa y un locutor o locutora que ya casi consideramos de la familia, que nos da los mensajes o datos que necesitamos para empezar el día, que le reconocemos la voz y sabemos de qué manera rematará el chiste o el comentario.


El cine no se queda afuera en el homenaje a la radio y desde hace ya muchos años se hacen películas con la radio como elemento central. En “ESCALOFRÍO EN LA NOCHE” (de 1971, EEUU, dirigida y protagonizada por Clint Eastwood), el locutor nocturno Dave Garland (Eastwood) decide conocer a una admiradora, y la chica (Jessica Walter), resulta no ser lo encantadora que era por teléfono cuando llamaba al programa. “DIAS DE RADIO” (1987, EEUU) es una película que transcurre en los años cuarenta, el momento de mayor apogeo de la radio, y relata cómo una familia vive absolutamente en función de la programación radial. Este es un film con dos nominaciones al Oscar y sin desperdicio del genial director Woody Allen.
Otro es el enfoque que le da el director Helvecio Ratton a su película “RADIO FAVELA” (2002, Brasil). Allí se narra cómo una redada en contra del narcotráfico esconde el verdadero objetivo que es callar la voz de una radio pirata. Esta película está basada en la historia real de Radio Favela, una radio comunitaria de Belo Horizonte, creada en los 80.


Por último podemos (y debemos) recordar la película “HOTEL RWANDA” (2004, Reino Unido, Sudáfrica), film situado en Ruanda, durante la guerra civil entre hutus y tutsis. Aquí la radio cobra una preponderancia indiscutida ya que es el medio por el que los hutus instigan a erradicar a los tutsis definitivamente. La actuación de Don Cheadle como regente del hotel que cobija a lo tutsis perseguidos, es de las mejores de los últimos tiempos. Altísimamente recomendable.


Para mal o para bien, como demuestran estas películas, la radio llega, es compañía, servicio y entretenimiento. Es el medio de comunicación más completo, integral, influyente y pluralista. Pero por sobre todas las cosas, la radio es leal, y eterna.