Encendida tu mirada.
Mi lago patagónico
se torna verdoso
cuando espía la esencia que te entrego.
Ardiente mi lengua
consume tu piel salada
y baja
camino de tu sangre
hasta tu cuello
que ahora se ensancha de deseo.
Tu sexo me acusa y me desgarra.
Me ata a tu cuerpo
la madrugada.
Por dentro y por fuera
encendida
te pido piedad.
Es nuestra historia
que a cada momento
se debate.
En la cercanía
aunque no digas una sola palabra de amor
yo muero por vos.
Encendida.
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