martes, 25 de noviembre de 2008

Tiempo de Rumanos


Pasó en la última emisión del Festival de Cannes: una película muy dura, y más que singular, se llevaba la preciada Palma de Oro. ¿El título? “4 MESES, 3 SEMANAS Y 2 DÍAS”, ¿El director? Cristian Mungiu. ¿Los actores? Anamaria Marinca, Laura Vasiliu, Vlad Ivanov. ¿El país? Rumania, un lugar con una cinematografía bastante escondida en el contexto artístico europeo. Este premio no fue casual ni caprichoso, ya que Cannes venía apostando fichas a algunos realizadores del país balcánico, como fue el caso de la premiada “LA NOCHE DEL SEÑOR LAZARESCU” de Cristi Puiu, o el premio que se llevaron los belgas hermanos Dardenne, con “ROSETTA, EL HIJO Y EL NIÑO”.
Otro ejemplo del surgimiento rumano es el director Corneliu Porumboiu, que ganó la “Cámara de Oro” (premio a mejor director de ópera prima) en Cannes 2006 por “BUCAREST 12:08”, una película que muestra en tono de comedia una Rumania confundida a 16 años de la caída de la dictadura comunista, con personajes que festejaron el fin del régimen pero que, luego de muchos años, siguen igual que entonces. Toda una apuesta de Porumboiu (especialista en cuidados planos fijos y abiertos) en un país sin tanta tradición cinematográfica y que antes de 1989 solo filmaba propaganda política a favor del régimen de Ceaucescu.

¿Qué hace que hoy en día los grandes centros de la cinematografía mundial de fijen en este tipo de historias? La respuesta es simple: en este caso Rumania mostró una visión más fresca, dejando en evidencia la resequedad del viejo cine europeo frente a propuestas más innovadoras como la asiática o la latinoamericana. Con ese premio Cannes mostró que en lugares como Rumania hay realizadores que narran de manera efectiva y directa, y que en el cine del viejo continente todavía quedan historias novedosas que contar. Cannes notó claramente que llegó el tiempo de los rumanos.

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