viernes, 16 de octubre de 2009

CINE HECHO A PULMÓN...AJENO





















Es sabida la eterna lucha entre el mal llamado “interior” y la capital en varios temas. Principalmente me toca aquí analizar o comentar temas relacionados con lo audiovisual asi que a ese tema me referiré.
Me plantea un amigo el otro dia: “che ¿quién carajo decide que los de las provincias tengamos que colaborar con las películas que filma un tipo que soñó al lado del obelisco? Porque con ese cuento del cine hecho a pulmón vivimos poniendo esto y aquello, nos usan, vamos de aca para allá y nunca aprendemos nada y… bla bla bla …uno siempre colabora en lo que puede arengado por funcionarios y después estos tipos levantan rancho y nadie se hace cargo de las cosas ni las deudas y bla bla bla…”.
Yo, que soy toda elocuencia, que tengo un humor espontáneo y que utilizo un lenguaje dominguero envidiable para medio mundo… NO SUPE QUÉ HOSTIA CONTESTAR ante el tsunami real y concreto que mi amigo exponía. Deber haber sido la primera vez que me quedé muda, lo juro.

Por más que no correspondiera que este amigo, cuasi sulfurado, me reclamara a mí algo de lo que no tengo responsabilidad alguna, comprendí que yo en ese momento recibía este desahogo en nombre de los productores del mundo o algo asi, con quienes no tengo la más absoluta relación, pero bue, el hombre necesitaba expresar su desencanto con el cine y justo estaba yo ahí.

Luego de reflexionar me di cuenta que en parte tiene razón. Sin hacer una regla de excepcionales casos de inoperancia, irresponsabilidad o falta de profesionalismo, es corriente que algunos productores, aquí y en cualquier otro país, utilicen en su beneficio la buena fe y fascinación que una propuesta nueva genera en el interior.
Y muchos, por qué negarlo, se aprovechan de ello, haciendo cargo a una provincia, comunidad o zona de todo lo relacionado con la producción.

“Nos larguemos total en la provincia alguien nos va a bancar”, esta es un frase que personalmente la he escuchado más veces de las que me hubiese gustado, y eso le hace mal al cine y a los que hacen cine con una mirada responsable y respetuosa. Es asombroso pero eso se traduce en los temas, relatos y calidad de las películas, es sorprendente ver que la película es el alma de quien la rodó, créase o no.

¿Cómo transmitir esta falta de algunos que hacen que la gente se desencante de algo tan mágico y que puede redituar tanto como el cine? (en la parte turística, cultural, en capacitación para la gente de los lugares en que se rueda, etc.)
¿Cómo llegar a quienes deciden, ponen las firmas y dan plata sin tener control alguno de lo que alguien recibió, a veces por el solo merito de ser un soñador en una gran capital?

No es cuestión de echar, de no recibir o no colaborar, no es necesario sabotear nada, creo que el tema está en separar la paja del trigo, pero eso precisamente, no le corresponde al ciudadano común, sino a quienes tienen la responsabilidad de velar por los intereses culturales, económicos, turísticos y demás de todos a quienes representan, planteando así algún modo de colaborar si, pero controlando, viendo quién, cómo, qué, cuando y dónde se realizan las cosas, y en qué condiciones.
Controlar no es mala palabra, es proteger, resguardar, es empatizar con lo que nos pertenece y lograr que el otro lo haga también. Se puede crear, hacer arte y soñar también así.

2 comentarios:

maritza dijo...

MuY BiEn DiChO NaDiNe!!! abrazos más!!!

ANita dijo...

personalmente creo que al cine independiente y de poca guita y poco cerebro, ese cine casi mudo y sin sonido. deberian matarlo, pegarle un tiro en la cabeza, el cine se hizo para verlo, no para dormirte. todas las pelis que eh visto, TODAS son un embole, imposible de ver. insoportables. PATETICAS!