lunes, 7 de junio de 2010

Víctor Jorge Ruiz


Víctor Jorge Ruiz es director de cine y tiene una extensa trayectoria como cortometrajista, camarógrafo y director de fotografía en Latinoamérica. Ruiz es hoy en día un respetado referente del cine en Argentina, y para los chubutenses lo es mucho más, ya que, fiel a su origen patagónico (nació en Alto Río Senguerr), en su universo artístico aparece siempre la Patagonia como un magnífico escenario, tan prudente y esencial que la acción cinematográfica transcurre con naturalidad, teniendo sus películas una narrativa limpia, emotiva y de gran compromiso con la historia.

Entre otros trabajos, se encuentran “Flores amarillas en la ventana” (película rodada en 1996 en Esquel y de gran repercusión nacional e internacional), un film que cuenta con la actuación de Katja Alemann, Arturo Bonin y Carolina Fal; también “Ni vivo ni muerto“ , una historia de suspenso protagonizada por Edgardo Nieva, Roberto Vallejo Arturo Bonin y “La última mirada”, película que actualmente se encuentra postulando a premios en diversos festivales europeos y se estrenará de manera comercial, próximamente. Todos estos trabajos fueron realizados por Ruiz como productor, guionista y director.


La película que rodará próximamente se titula "QUIERO MORIR EN TUS BRAZOS", y tendrá como protagonista al conocido actor Roberto Vallejos y relatará una historia ambientada en la década del 90, con sucesos de la infancia del protagonista que se desarrollan en 1955.
Ruiz es el guionista, productor y director de esta película que ya se encuentra en proceso de preproducción y que se calcula empezar a rodar a mediados de junio de este año, con una duración de 6 a 7 semanas.
En esta historia todo comienza en Buenos Aires cuando Eduardo, un hombre adinerado y de familia, recibe en una consulta médica la noticia de su muerte inminente y decide volver a su pueblo natal, donde se reencuentra con un viejo amor, Lidia una joven médica, que él había abandonado.
A medida que va recordando su pasado y los momentos vividos junto a ella, su pasión por el dinero se va desdibujando, logrando así abrir su corazón e intentando saldar cuentas con su gran amor.
Así, llega a comprender que esta mujer es a la única a la que realmente amó y es en los brazos de ella donde quisiera morir. Todo este relato transcurre lógicamente en escenarios chubutenses.
Esta película, de gran contenido dramático, contará seguramente con una magnífica fotografía, dado el experimentado ojo de Ruiz, una mirada particular que siempre realza las grandes extensiones, los atardeceres vibrantes de luz ámbar y la naturaleza viva patagónica.

Víctor Jorge Ruiz relata sus historias de manera extraña a estos tiempos, su narrativa cinematográfica resulta templada y contundente, y se presenta absolutamente despejada de los fuegos de artificio convencionales.




1 comentario:

Jorge Vives dijo...

Es muy interesante, y grato, conocer la figura de un artista patagónico como Víctor Jorge Ruiz; que sobrepasa los límites de la región y tiene un alcance nacional e internacional. Y más aun, conocer a un creador que, al unir la temática universal con los paisajes patagónicos, logra esa íntima fusión que contribuye al logro de un estilo peculiar, bien diferenciado; que se inserta en el mundo, a la vez que mantiene sus raíces.

La Literatura y el Cine, como manifestaciones artísticas, tienen mucho en común. Por eso un lector puesto a espectador,va a saber apreciar que Jorge Ruiz haga aparecer a la Patagonia “como un magnífico escenario”, y que su obra se desarrolle con una narrativa “limpia, emotiva” y respetuosa de la historia. Porque una buena película es como un buen libro. Y un libro narrado en forma limpia y emotiva, que combine el respeto por la historia con los ambientes patagónicos, es, sin dudas, un buen libro.

Los comentarios de Nadine Aleman, una crítica medida y conocedora, como lo demuestran sus habituales notas en este blog, aseguran al espectador hallar en la obra de Jorge Ruiz (“extraña a estos tiempos”), un cine como se espera que sea el cine. Es decir, un cine “templado y contundente, despejado de los fuegos de artificio convencionales”, en palabras de Nadine. Y no como muchas veces es el cine en la actualidad, lleno de pirotecnia y de trucos de ilusionistas.