martes, 20 de abril de 2010

SONRISA DUPLICADA





















Si uno le dice a un espectador cualquiera que nos diga cuál es la sonrisa del cine que más recuerda, inmediatamente recibiremos como respuesta “la de Julia Roberts”. Y es cierto, esta joven que actuó junto a su hermano Eric en la cinta SANGRE ROJA (1986), que él mismo dirigió, tiene la sonrisa más amplia y seductora del cine yankee.

Pero no es solo eso. Julia tuvo que trabajar bastante para ser actriz protagónica y posicionarse como una las más recordadas actrices por su belleza y desempeño actoral. Ha hecho más de treinta películas y su versatilidad ha quedado más que demostrada en proyectos de muy diferente naturaleza como lo son BAJA OKLAHOMA (1987) donde es una camarera que aspira ser una compositora de música country, o en MAGNOLIAS DE ACERO (1989, adaptación de la obra de teatro del mismo nombre) donde se cuenta la sencilla vida de mujeres de pueblo que se reúnen en la peluquería y en donde comparte cartel con Sally Field, Dolly Parton y Daryl Hanna entre otras.

Su gran éxito, y que la llevó a ser nominada al Oscar y a ser una de las personas mejor pagas del rubro actoral, fue el protagónico de MUJER BONITA (1990), con Richard Gere, en donde con veintitrés años y una figura escultural, luce la proverbial sonrisa que quedó en nuestra retina para siempre, entregándonos la calidez que hoy en dia les falta a tantas actrices que interpretan personajes en películas del corazón, como en su momento lo hizo Julia.

QUÉDATE A MI LADO (1998) es un proyecto que la encuentra más madura en su fase artística y donde encara la tediosa tarea de la producción. Allí encontró la amistad de una ya consagradísima Susan Sarandon, con quien protagoniza el film. En este drama familiar Julia explora las emociones humanas desde el sufrimiento que da una familia compleja y la aparición de enfermedades.

Algo muy diferente hace en CLOSER (2004) en donde se sumerge en la infidelidad y las relaciones entre dos parejas que se quiebran y que se meten en problemas por hacerle caso al deseo. Particularmente me costó verla ya que le encuentro más giros teatrales que cinematográficos (fue escrita principalmente para teatro y adaptada por el mismo guionista para cine) pero el final es más que interesante.

Lo último que nos entrega Julia es su trabajo en DUPLICITY, en donde interpreta a una ex agente de la CIA que ahora intenta robarle la fórmula a una empresa multinacional para que se llene aún más de dinero.
Mmm, no sé, es demasiado rebuscada la historia y personalmente sigo prefiriendo la amplia, cálida e inolvidable sonrisa de Julia mientras pasea con Richard Gere.

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